sábado, 30 de abril de 2011

Otra vez bosque.

Derek se acercó a nuestra mesa y me entregó un papel en el que ponía:

¨ Te espero en el bosque a las 18:00¨

-¿Y eso? Derek nunca se interesa con ninguna chica.

-Por eso le respeto, pasa de estos clones llamados chicas-Luna miraba distraída su tortilla de patata-¿Qué pone?

-Cuenta-insistió Ana.

-Lo siento, es un secreto-Las miro sonriente-, no es ninguna cita de parejita.

-As utilizado la palabra cita, luego… lo es.

-¡No!

-Por favor, te entrega una nota, cosa que nunca hace, te cita en un sitio, no lo quieres decir y te has puesto roja.

-Qué horror.

-Ya te digo-dijo Ana agachando la cabeza- era mono…

Tras reírme con las chicas se terminó la hora del almuerzo y había que volver a las clases.

-¿Te sientas con nosotras mañana?-pregunta Luna.

-¿Puedo?

-Faltaría más, quiero que me cuentes cómo fue tu cita con aquel bombón…

-Ya empieza…Chao Adelaida-Luna se va y con ella Ana.

Tras las clases, fui al aparcamiento donde Ángel me esperaría, me encontré con Ana y Luna encima de un deportivo verde claro.

-¡He!-me dice Ana, voy hacia ellas, Ana está sentada en el capó y Luna en el asiento del copiloto-¿Tienes coche?

-No.

-¿Te llevo?

-Esto…Ángel me lleva.

-Un día te llevamos nosotras ¿ok?-dice Luna mirándome amistosamente-.No acepto un no por respuesta.

-Pues acepto.

-¡Danos tu móvil!-Ana se lo pasaba en grande sonsacando estas cosas, o eso parecía.

-Pues, no me lo sé ¿me apuntas tu el tuyo?-me coge la mano y con un bolígrafo empieza a grabar los números en mi piel-Gracias.

-De nada, pues…asta otra.

-Chao.

-Sí, ya os contaré.

-¡Sí!-Ana se lo pasaba pipa sin duda.

-¡No!-Luna odiaba estas cosas.

Cuando llegué al coche estaban todos reunidos. Los lobos, Adrián, Ángel y Derek. Derek, que me miraba intensamente.

-Hola…-saludé un poco forzada-Ángel, ya estoy lita para ir a casa.

-Bien-me abrió la puerta del coche-Princesita…entre en el carruaje.

Me senté y este empezó a encender el motor.

-Chao, chavales.

-Adiós.

Cuando llegamos a casa me despedí de Ángel y salude a la familia, pendiente de la hora. A las cinco y media salí disparada hacia el bosque.

Cuando llegué oí un ruido extraño, no era Derek, seguro, tampoco los hombres lobo. Estaba asustada.

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