sábado, 30 de abril de 2011

Una más...

Se oyó algo entre los matorrales, una especie de llanto perruno. De entre la maleza apareció un lobo de pelaje rojizo y unos ojos verdes. Parecía asustado por mi presencia, y no lo culpo, yo lo estaba por la suya.

Echó a correr por un lado y yo lo hice por el contrario.

Al instante me encontré con Derek, sentado en la rama de un árbol.

-¿Cuántos de ellos hay?-miraba hacia atrás-¿Cuántos hombres lobos hay más?

Me miró desconcertado y dijo:

-¿Cómo? ¿Me llamas para preguntarme eso?-se levantó y saltó hacia el suelo-. Adiós.

-¡Responde! ¿Quién era el lobo rojizo?

-¿Rojizo?-Derek me miró y se echo a reír-. Tranquila, es inofensiva.

-¿Una chica?-estaba más tranquila, pero por qué salió corriendo-.Parecía asustada al verme…

-Lo estaría.

-Y lo sueltas tan pancho, que irritable.

Se le dibujó en la boca una sonrisa y se acercó a mí agarrándome de las manos.

-¿Qué tenemos que aclarar?

Ahora sí que tenía miedo y por si fuera poco, acercó sus labios a mi oído susurrándome:

-Te escucho, preciosa.

-Suéltame, no quiero que te acerques tanto-antes de darme cuenta, mis palabras sonaron paranoicas.

-Vale…, pero dímelo de una vez.

-Yo…, esto-vi a la loba rojiza-.Es ella…

-¿Eh?-se giró y le vio-María…

-¡Espera!-salí corriendo detrás de ella, pero Derek me agarro del brazo-¿Qué haces? Suéltame.

-Déjamela a mí.

Salió corriendo detrás de ella y la alcanzó.

Ella aulló y fui tras ellos, cuando llegue, no había un lobo, si no una chica de mi edad de pelo rojo, con el flequillo le tapaba uno de sus ojos verdes.

-Mentiroso…-le dijo María a Derek.

-María déjame explicarme.

-¿Explicarte? ¿Quieres explicarme por qué hay una vampira?

-En realidad hay más de uno.

-¿Eh?

-Largo de contar- Derek perdía a la paciencia y María estaba histérica- escucha…

-Hola…-intervine-. Soy Adelaida, encantada, María.

-¿Qué haces?-Derek me miro con una cara de <<dónde te estás metiendo>>- Adelaida, qué…

-Presentarme.

-¿Eh?-me parecía que cada vez entendía menos-. Vale…estás loca.

-Bonitas palabras para seducir a una chica- le dijo María riendo-. Estas hecho todo un galán.

Me puse a reír y él se  puso rojo.

-Encantada, Adelaida. No pareces peligrosa.

-¡Ah!-Derek empezó a gritar, su piel se estaba que mando.

-Derek-mire al cielo-.No hay nubes, los rayos del sol le queman la piel…

María le cogió y le llevo a una cueva cercana, yo los seguía.

En la cueva también estaban los hombres lobo.

-Derek ¿estás bien?- le dije casi susurrando.

-¿Por qué tú no te quemaste?

María estaba confusa, y el resto nos miraban en plan <<qué pasa>>, <<qué ha pasado>>, <<qué hace aquí Adelaida>>, o cosas por el estilo.

-Es una historia interesante.

-¿Me la cuentas?

-No. Procurad que beba sangre y le irá bien.

Salí de la cueva y me encamine hacia casa. Cuando cerré la puerta vi que había alguien en el salón con mi familia.

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