domingo, 8 de mayo de 2011

Siniestro nuevo.

-Eric….-sonreí- que alegría verte.

Ahora os explico, Eric es mi primo por parte materna, digamos que es un brujo o algo por el estilo. Es castaño de ojos azules, como los míos.

Todos mis recuerdos en el hospital se que son nefastos, pero cuando él venía me sentía bien, el me entendía, me hacía reír como nadie…

-Hola.

-¿Qué haces por un pueblo tan destartalado y nublado como este?

-Pues…. Pasaba por el barrio.

-Lo que quiere decir es, te echo de menos prima- sentenció Breizhlander.

-Puede…-vaciló Eric-. Mañana te llevo yo al instituto.

-Pero Ángel siempre me lleva….

-¿Y?

-Y…le voy a llamar.

Tras llamar a Ángel y explicarle la situación recordé que, normalmente, Eric siempre se <<mudaba>> a mi instituto, pero eso siempre me gustaba. Normalmente, la gente que no nos conocía nos consideraba novios.

A la mañana siguiente, Eric ya esperaba esperando fuera.

-Esto…
-No me lo digas, te has cambiado de instituto y es este.
-Se nota que eres medio bruja.
-Más bien tú eres predecible.
Me metí en el coche  y Eric me llevó  a instituto y tras aparcar cerca del coche de Ana, Eric cogió  una mochila.
-Lo sabía… te vienes a este  instituto.
-Eres mi única amiga- me miro extrañado- que patético a sonado.
-¡Adelaida, hola!-Miré atrás, eran Ana y Luna.
-Hola.
-¡Ah! Buenos días.
-Está nublado…-se fijaron en Eric-y tú eres…
-Mi primo, Eric.
-Encantado, parecéis majas-sonrió- bueno, te dejo con tus amigas.
-Hasta luego…
Ana entrelazó su brazo con el mío y me guió  al interior  del instituto.
Al entrar las preguntas empezaron.
-¿Qué tal?
-Pues bien…-me fije en su rostro, sabía a lo que se refería- ya te he respondido a lo que querías sab
-¡Ah! ¿Y….?
-Y apareció alguien.
-¿Alguien?-Luna empezó a interesante-. Chulo playas…-canturreó.
No contesté, simplemente me dirigí a mi taquilla.
-¿Adelaida?- miré.
-¿María?-Ana y Luna la miraron de arriba abajo.
-¿Y esta es…?
-Alguien…
-Ostras-Luna lo pillo sin duda.-Ana, vamos yendo a clase.
-Vale, chao Ade.
-Sí…
María se acercó a mí con una cara larga.
-Derek está mejor. De hecho hoy está aquí.
-Bien.
-Gracias por no ser como otros vampiros.
-No soy muy vampira-dije susurrando.
Me fui a mi clase de Ciencias Sociales. Dejando a María con la intriga.
Cuando llegué Derek estaba sentado. Recuperado. También Ángel estaba.
Una mano se posó en mi hombro.
-He…
-Eric… ¿ya empiezas las clases?
-Sí. Genial ¿no?-estaba entusiasmado-.claro que sí.
Se dirigió a mi sitio.
-Ese es mío.
Me miró y dio media vuelta. Después se sentó en el sitio vacío de al lado.
-¿Y no me lo cambias?-me miró haciendo pucheros.
-Ya eres mayorcito para pucheros- me senté en mi sitió.
-Hola Adelaida, y…-Derek miró a mi primo.
-Eric, encantado.
-Sí, claro. Lo mismo digo.
Notaba tensión en el ambiente, como una presión entre hombro y hombro.
-Es mi primo-dije por fin.- A propósito ¿estás mejor?
-Sí, gracias por preocuparte.
-Ya…
-Hoy te sentaras con nosotros.
-No. Les dije a las chicas que iría con ellas- pensé mis palabras, pero no tenía nada que perder-.Pero María esta aquí, tendréis que ponerla al día.
-Ya…
Antes de que me pudiera decir algo más el profesor entró y no pudo decir palabra.
En la hora de la comida me senté en  la mesa del día anterior, seguida por Eric, que se sentó a mi lado.
Después llegaron Luna y Ana.
No dijeron nada.
El ambiente se cargaba de presión.
Eric fue quien rompió el hielo diciendo:
-Hola chicas¿Qué tal las clases?
-Aburridas-musitó Ana.
Luna me miraba, y sabía lo que preguntaba con sus indiferentes ojos, que ahora estaban entristecidos.
Entonces, para empeorar las cosas, María se presento entre nosotros.
-Hola Adelaida.
-Hola.
No la miré e intenté que mi primo tampoco lo hiciera, pero no pudo evitar abrir su bocaza.
-Hola, tú debes de ser otra amiga de Ade. Encantado. Soy Eric, su primo.
María se quedo patidifusa.
-No, solo soy una conocida…-calló durante un segundo y luego dijo-.Me gustaría ser tu amiga Adelaida.
-Lo mismo digo-mentí-.Algún día…
-Claro.
Se fue, y yo no la mire ni un poco. Pero sentía, y sabía con certeza, que Derek me miraba a mí.
Después de aquella tarde los días pasaron, cada uno más lento que el anterior. María seguía intentando hacerse amiga mía, las chicas y mi primo  hicieron buenas migas y salíamos por ahí juntos. Derek no me hablo más, y no sabía el por qué. Los otros no se enteraban de nada y mi familia menos.
Un día en clase entró un chico nuevo. Era alto y atractivo, de ojos canela y pelo marrón oscuro.
Había algo en el que no me gustaba. Su mirada estaba llena de odio y soledad.
Se sentó delante de Derek. Tenía un aura siniestra y oscura.
Quería saber más del extraño chico nuevo, y no se me ocurrió otra que meterme en su cabeza.
  

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