lunes, 9 de julio de 2012

Cartas al abuelo. Capítulo 6


Taylor y yo recorremos la parte trasera de la casa hasta llegar a donde los demás estaban.

-Esto… se supone que vas a un funeral…- señala mi ropa.

-Ups… con las prisas no me he dado cuenta.

-Corre, yo te cubro.

Vuelvo lo más rápido que puedo a mi cuarto y me pongo un ajustado vestido negro, que mi madre me regaló hace tiempo,  unas medias de encaje negras y unos botines de tacón.

Antes de salir me miro en el espejo del pasillo arreglándome un poco el pelo, por un lateral de este veo un papel en mi mesa. El discurso…

Regreso al cuarto, lo recojo y… sorpresa, sorpresa, está en blanco.

-Pensé que estabas con los demás.

Me giro sobresaltada escondiendo el papel.

-¿Tú otra vez? ¿No te cansas de rondarme?

-¿Por qué debería? Soy un “ser despreciable”-dice retándome con la mirada.

El remordimiento me entra de lo fijo que me mira. Puede que sea un borde, pero me había pasado, y por duro que fuese tenía que disculparme ¿no?

-Eso fue una broma. Lo siento… Se suponía que no tenías que escucharlo.

-Entiendo. Ojos que no ven, corazón que no siente.

-Sí, bueno… más o menos.

-Te perdono. Pero a partir de ahora llámame Adam. Me gusta más que “ser despreciable”.

-Lo intentaré, Adam.

-¿Qué escondes?-dice al percatarse del papel que tengo detrás.

-¿Qué?- lo saco y lo abro-. Realmente nada. Se supone que es un discurso… pero, no tengo nada.

Se acerca y coge el papel examinándolo rápidamente.

-Está en blanco-le miro furiosa-¿No me crees?

-Ahora sí-me tiende la hoja-. ¿Vas a improvisar?

-No-le quito la hoja bruscamente- no voy a decir nada. Además, a ti no te importa.

-Creo que es un desperdicio que te vistas así para no decir nada… Claro que si no conocías bien a esa persona o ne te caía bien, no tiene sentido decir nada.

-Sí le conocía, y sí me caía bien.

-Entonces no puede ser tan difícil decir algo.

-Eres estúpido insensible, no sé por qué te estoy contando esto a ti.

Salgo de la habitación dando un portazo. Recorro el pasillo y vuelvo donde los demás. Los cuales ya han empezado a entrar en la iglesia.

Mas entrar un montón de gente me da el pésame  mientras intento llegar a algún asiento libre.

-¿Icíar?-viro la cabeza y me encuentro con Vic-. Hola

-¿Vic? Que sorpresa tan… inesperada- le doy un pequeño abrazo-. ¿Qué haces aquí?

-¿Quién te crees que trajo a Taylor?

-Asique tu eres el culpable de que me vaya a atormentar durante semanas.

-Perdona-se encoje de hombros-. Es Taylor, encontraría otra manera.

Entre ambos localizamos a Taylor y nos sentamos a su lado, esperando a que el cura terminase de hablar.

-Tía, menudo rollo-me dice Vic.

-Vic Priccolo, muestra más respeto-le replica la morena-.Discúlpale Icíar, es que no capta que es un funeral.

-No importa yo también me aburro.

En medio del discurso de mi abuela la puerta se abre y Adam entra, pidiendo disculpas y haciendo gestos para que continúen.

-¿Qué hace aquí?-digo mientras veo como busca un asiento vacío-. ¿Quién lo ha invitado?

-No sé, pero se dirige hacia aquí-dice burlona mi amiga.

-No puede ser-miro de nuevo y efectivamente, viene-. ¿Por qué a mí?

Cuando esta cerca me mira sonriente.

-¿Está ocupado?-pregunta sabiendo, obviamente, que no lo está.

-No…-dejo de mirarle para intentar prestar atención a cualquier cosa que no sea él.

Lo intento mirando a mi hermana, quien está jugando a la maquinita. Lo intento con mi madre, quien se retoca el maquillaje, intentando que nadie lo vea. Hasta lo intento con un extraño que llora más que mi abuela.

-¿Al final qué vas ha hacer?-pregunta Adam.

-¿A qué te refieres?

-Al discurso- dice obviando a lo que se refiere-. Lo has decidido.

-No voy a decir nada. Ya te lo he dicho.

-¡¿Qué?!-chilla Taylor estupefacta-. ¿Nada? Pero si lo adorabas.

-Tay, la gente te está mirando-señala Vic-.No grites, estamos en un funeral-dice irónico.

Taylor le hace una mueca y luego mira a todo el mundo.

-¡Lo siento! No quería molestar. Continúen.

La gente retoma lo que hacía antes, y empiezan a cuchichear mientras mi abuela sigue a lo suyo.

-Vas a decepcionar a tu hermano. Estaba convencido de que dirías algo.

-Lo sé-recuerdo la charla que tuvimos días anteriores-. Pero no sé qué decir.

-Eso lo tienes que averiguar tú.

En ese momento el cura dijo “¿alguien quiere decir unas palabras?”, y entonces todo se volvió a cámara lenta.

Taylor empezó a ladearme mientras decía “sal a decir algo, sal”, mis hermanos me miraban suplicantes, Vic intentaba calmar a Tay para que me dejara en paz.

-Es tu oportunidad-dijo Adam cuando captó mi atención.

Me levanté y fui a donde segundos antes, mi abuela había dicho algo.

-¿Podría decir algo?

-Por supuesto, adelante.

Mira a las personas presente, todas estaban muy atentas. Incluso mi hermana.

-Hola… La verdad es que no pensaba decir nada, pero…me han insistido mucho-digo sonriente  mirando a mi hermano-. Mi abuelo era… una persona muy fuerte, se convirtió en una gracias a su pasado. Pero a pesar de eso siempre nos sonreía a mis hermanos y a mí. Mi madre dice que él no quería que le llamásemos yayo, pero que cuando nacimos eso se la paso. Debe de ser cierto, yo siempre le he llamado yayo. No tengo muchos buenos recuerdos recientes de él. Lamentable mente siempre estaba ingresado, o con la olla vacía…olvidaba cosas, o las confundía…-una lagrima calló de mi rostro y antes de poder notarlo un nudo se apoderó de mi garganta-. Perdón… es más difícil de lo que esperaba. Supongo que está en un sitio mejor ahora, porque se lo merece. O mejor, esta pescando en un puerto, esperándonos para ir a la feria- miro a mi abuela-. Pero va a tener que esperar mucho. Seguro que pesca algo enorme, y esperará para enseñárnosla. Y luego iremos a las colchonetas o a los ponis…

2 comentarios:

  1. hola! te envie mi novela por hotmail, avisame si la recibes ;D

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    1. Sí, ya la recibí. Muchas gracias, estaba deseando leer más. :)

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